Cómo piensa Alberto Fernández llenar los casilleros en su Gabinete
El presidente Alberto Fernández, después del cierre de listas y obligado por la crisis en Santa Fe, debe reacomodar las fichas en su gabinete. Quiere empezar a usar un nuevo criterio: respetar en el cargo que se renueva al sector interno del Frente de Todos que pertenecía el funcionario saliente.
Después de haber superado el stress del cierre de listas que esencialmente le permitió mantener a Santiago Cafiero en la jefatura de Gabinete, el presidente Alberto Fernández quería tomarse su tiempo para ir acomodando los casilleros que quedan vacantes en su equipo de colaboradores. Pero la dinámica de la crisis política en Santa Fe lo obligó a cambiar el timming por la necesidad imperiosa de pedirle la renuncia al ministro de Defensa, Agustín Rossi, para castigar su rebeldía.
Más allá de tratarse de un error no forzado, en la Casa Rosada inicialmente empujaron la candidatura del rosarino, lo cierto es que la alianza entre el gobernador Omar Perotti y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo llevó a cambiar de estrategia. El jefe de Estado y sus allegados decidieron persuadir infructuosamente a Rossi para que declinara a su postulación. Imprevistamente ahora tiene que salir a buscar un reemplazo que tenía en mente en el corto plazo.
Paradójicamente no estaba en la lista de “los funcionarios que no funcionan” que señalara Cristina. Al revés, tanto en la Casa Rosada, como en el cristinismo había conformidad con la gestión del saliente titular de Defensa. Incluso, algunos albertistas lo veían ocupando otras responsabilidades en el Gabinete. Era, hasta el caso Santa Fe, una figura en ascenso dentro un equipo ministerial bastante cuestionado por propios y extraños.
“Por ahora todos los nombres que circulan son operaciones porque Alberto no se puso analizar seriamente el perfil del sucesor”, dicen en la Casa Rosada. Lo concreto es que los rumores señalan, como casi siempre, a Daniel Scioli. Cada vez que hay que se busca un candidato aparece el nombre del actual embajador en Brasil. Si bien su perfil entusiasma a los jefes de las Fuerzas Armadas, hay que tener en cuenta que se lo intentó instalar como cabeza de lista de diputados nacionales en Buenos Aires, ministro de Relaciones Exteriores y también de Deportes y Turismo. Siempre aparece en la pole position ante la falta de recursos humanos que exhibe el oficialismo.
También se escuchó mucho la posibilidad de la mudanza de Sabina Frederic, de Seguridad a Defensa. Ella tiene más formación en esta materia e incluso fue funcionaria de esa cartera durante la gestión de Nilda Garré. Su perfil podría ser ideal en términos del mecanismo que quiere implementar ahora la Casa Rosada: respetar al sector político del Frente de Todos que ocupaba la titularidad del ministerio. Algo que sólo ocurrió con el fallecimiento de Mario Meoni y su reemplazo por un massista en Transporte como Alexis Guerrera.
Los casos de Frederic y Rossi son considerados como una elección presidencial. Entonces la antropóloga podría ir a Defensa de acuerdo a ese criterio. El problema que deslizan en fuentes oficiales es que dejaría vacante un ministerio mucho más sensible como Seguridad que es deseado por allegados a Sergio Berni, intendentes bonaerenses y hasta el propio massismo con el currículum de Diego Gorgal, quien fuera vetado por el kirchnerismo poco antes de la asunción de Fernández. Creen que sería demasiado poder para el presidente de la Cámara de Diputados.
El otro nombre que suena es Germán Montenegro, quien viene de desempeñarse como número dos de su amigo Marcelo Saín en el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, fue secretario de Asuntos Militares en Defensa con Garré y titular de la Policía de Seguridad Aeronáutica. Es hijo de un brigadier que fue jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, pero tiene terminal en el kirchnerismo. Es más, es uno de los preferidos del Instituto Patria. Pero no sería los más adecuado al nuevo esquema albertista.
De todas formas, las prioridades para la Casa Rosada tuvieron más en cuenta la sucesión de Daniel Arroyo en Desarrollo Social y la llegada del intendente de Hurlingham, Juanchi Zabaleta, cercano a Alberto, aunque llega un tanto debilitado porque prácticamente le entregó su territorio a La Cámpora. La otra vacante que interesa es la del secretario de Obras Públicas, Martín Gill, quien va a encabezar la lista de diputados del FTD en Córdoba. Se trata de un cargo estratégico como número dos de Gabriel Katopodis. Ahí los voceros indican que se buscará un dirigente del interior para no afectar la relación de fuerzas de la coalición oficialista.
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