contador de visitas El inquietante proceso de giro a la izquierda que se registra en el sindicalismo - Beto Valdez
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jueves, 28 de  abril de 2022

El inquietante proceso de giro a la izquierda que se registra en el sindicalismo

El inquietante proceso de giro a la izquierda que se registra en el sindicalismo

Luego de la cuarentena se inició un proceso de radicalización y giro a la izquierda en el sindicalismo tradicional. A la conocida militancia del trotskismo, se ha sumado ahora Máximo Kirchner y Pablo Moyano con el objetivo de ir jubilando a los «gordos» de la CGT.


Por Beto Valdez.

Desde hace años que las corrientes trotskistas vinculadas al Frente de Izquierda vienen creciendo y controlando las comisiones internas en muchas actividades, pero lo cierto es que luego encontraban un techo para llegar a la conducción de esos gremios. Sin embargo, algo está cambiando en las nuevas generaciones que se van incorporando al mercado laboral y las ideas de la izquierda empiezan a influir en detrimento del sindicalismo clásico.

Al mismo tiempo también se percibe un trabajo de base de dirigentes alienados con el cristinismo que apuntan a quedarse con organizaciones sindicales grandes para ir desplazando a los «gordos» y los independientes, quienes siempre tuvieron más gremios y mayor peso en la Confederación General del Trabajo (GCT). En esta movida se percibe el padrinazgo de Máximo Kirchner en alianza con Pablo Moyano, Hugo Yasky y Sergio Palazzo.

Evidentemente la pérdida de poder adquisitivo, los despidos y la falta de creación de puestos de trabajo por la crisis económica de los últimos años han generado un clima de efervescencia que choca contra la prudencia característica de los gordos. “Los jóvenes que vienen entrando al mercado laboral ya ni siquiera son peronistas, hay una brecha generacional muy grande entre ellos y la dirigencia clásica, además los delegados de izquierda o los kirchneristas tienen más voluntad de militancia y saber llegar mejor a los nuevos laburantes”, reconoce un abogado laboralista de larga experiencia en el mundo sindical.

La cuarentena también tuvo su impacto porque se perdieron muchos puestos de trabajo en las áreas no esenciales y no cierran los números de las obras sociales. Esta fue una de las razones por las cuales se terminó de romper la relación entre el gastronómico Luís Barrionuevo y su viejo socio y cuñado Dante Camaño, histórico secretario general de la seccional de CABA.

Pero para muchos el punto de inflexión se dio el mes pasado en la poderosa Unión Obrera Metalúrgica donde la estructura K logró varias victorias simbólicas. Primero el batacazo se dio en Quilmes cuando Adrián Pérez, de 49 años, que ingresó a la actividad metalúrgica como balancinero de la fábrica de cocinas y electrodomésticos Domec-Sacif, en Bernal Oeste, en 2003, derrotó al histórico jefe esa seccional, Francisco “Barba” Gutiérrez. El ganador es de origen K y tuvo el apoyo de la intendenta Mayra Mendoza y de Máximo, quien se hizo presente en el acto de asunción.

La otra sorpresa se dio en la conducción nacional de la UOM con la derrota de Antonio Caló, alineado con los gordos, y la llegada al control del gremio de un militante kirchnerista como Francisco Abel Furlán, de 61 años y oriundo de Zárate. Trabajó en la empresa de aceros Siderca, del Grupo Techint, en Campana, donde comenzó su participación dentro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). También llegó a ser Concejal de Campana electo por el Frente para la Victoria, Luego fue por dos años presidente del cuerpo.

Otro caso impactante fue el de Nahuel Chancel, quien, con apenas 35 años, se impuso en las elecciones del poderoso gremio de Petroleros de Ensenada y quebró una hegemonía de 25 años a cargo de Ramón Garaza, quien intentó el año pasado ser candidato a intendente de ese distrito y fue derrotado en las PASO. Chancel además forma parte de la conducción partidaria del PJ local alienado con los sectores kirchneristas.

Ni hablar del triunfo de la lista troskista en el poderoso gremio de controladores aéreos donde fue derrotado el peronismo en sus dos vertientes, lo que provocó alarma en el negocio del transporte aerocomercial. Y ayer los radicalizados lograron un nuevo hito: el Ministerio de Trabajo publicó el otorgamiento de la Personería Gremial en la Ciudad de Buenos Aires para el Sindicato de Trabajadores Judiciales, gremio de base de la diputada kirchnerista Vanesa Siley. Le ganó la compulsa a la Unión de Empleados de Justicia de la Nación (UEJN) de Julio Piumato. Fuerte aval a los vientos de recambio que empiezan a quitarle el sueño al mundo empresario.


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