La hija de un peronista histórico está en la danza de posibles candidatos en Córdoba

Natalia De la Sota, hija del exgobernador, aparece entre las figuras que mejor miden en el oficialismo cordobés. Pese a que Juan Schiaretti apunta a poner a Martín Llaryora como su sucesor en la Gobernación. De la Sota puede ser compañera de formula o candidata a intendente de la Capital.

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Por Beto Valdez.

Juan Schiaretti trabaja a destajo en el armado electoral para las elecciones provinciales del año próximo, que seguramente se levarán a cabo entre abril, bien desdobladas de las presidenciales. A esta altura parecería que sólo hay una certeza: el actual intendente capitalino, Martín Llaryora, es el favorito para presentarse como candidato a la sucesión del gobernador. “Es el que mejor mide en nuestro espacio y su gestión municipal tiene una alta imagen positiva”, dicen fuentes del cordobecismo.

La gran incógnita todavía sigue siendo quien sucede a Llaryora al frente de la intendencia de “La Docta”. En primera instancia, se hablaba del actual vicegobernador, Manuel Calvo, un protegido de Schiaretti. Pero en los últimos sondeos aparece muy bien posicionada la diputada Natalia De la Sota. La hija del exgobernador fallecido se entusiasma con los números recientes y, pese a que muchos la ven compitiendo por la Capital, parece que aspira a más. “Le fascinaría ser gobernadora, pero ella ahora está instalando que no podría acompañar a Llaryora en la fórmula”, dice un allegado.

“Igual el Gringo es el jefe y nadie le mete presión, ni lo opera por los medios”, responde un interlocutor del gobernador. Si bien es cierto que Schiaretti va a jugar al misterio hasta último momento para poner ansiosos a los de Juntos por el Cambio, la postulación del actual intendente capitalino parece irreversible, la duda es quien completará la fórmula. “Natalia no está descartada, pero como en nuestros números mide mejor que Rodrigo De Loredo sería lógico que la vayan preparando para la batalla municipal”, destaca un histórico dirigente del peronismo mediterráneo.

En el escenario político cordobés cayó bien el mayor protagonismo de la hija de De la Sota. Arrancó como concejal, luego fue electa legisladora provincial y actualmente es diputada nacional. Quienes la frecuentan saben que, tarde o temprano, va a ir a pelear por la Gobernación. Sabe que ahora no es su turno, pero se da cuenta que con el fallecimiento de su padre y la no reelección de Schiaretti se viene un cambio generacional donde ella tiene un espacio.

En los próximos meses el cordobecismo empezará a calentar motores. La apuesta es muy grande: continuar en el poder sin que estén en la boleta los dos fundadores del poder hegemónico que controla la provincia desde hace más de dos décadas. Por eso en abril se elegirá el mismo domingo al nuevo gobernador, al sucesor de Llaryora y se unifican con los comicios locales en 70 localidades. Un aparato descomunal en marcha que va a obligar a Juntos por el Cambio a redoblar esfuerzos si quiere frenar esa hegemonía.

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